
2021 ha sido un año significativo para las criptomonedas, ya que no se ha otorgado el premio a la palabra del año a ningún token fungible (NFT), las finanzas descentralizadas (DeFi) son tendencia en los principales medios de comunicación y las empresas de criptomonedas aparecen en los titulares de una variedad de anuncios. Sin duda, esto se debe en parte a los efectos que COVID-19 ha tenido en la economía, con muchos buscando nuevas formas de diversificar sus finanzas y pasar a trabajar desde casa dando a las personas tiempo libre para investigar nuevos intereses. Y muchos optaron por involucrarse en criptografía.
A medida que las conversaciones comenzaron a pasar de Bitcoin (BTC) a otros proyectos criptográficos más grandes, como las actualizaciones de la red Ethereum y las monedas digitales del banco central, o CBDC, la cobertura de noticias sugeriría que la adopción generalizada de las criptomonedas ya está en marcha. Sin embargo, hay un proyecto que podría tener la capacidad de catapultar las criptomonedas bien y realmente a la vida cotidiana de todos: Web3.
¿Qué es Web3?
Con énfasis en la comunidad, Web3 representa el futuro de Internet, donde los usuarios operan de forma descentralizada en lugar de depender de grandes empresas privadas o de organismos gubernamentales centralizados.
Para muchos, este parece ser el siguiente paso lógico para Internet, donde el concepto se basa parcialmente en las deficiencias de la Web 1.0 y 2.0, como la concentración de poder dentro de entidades centralizadas y problemas relacionados con la privacidad.
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Ya hemos visto ejemplos de esto dentro de los espacios criptográficos y DeFi, como el proyecto MakerDAO, que busca construir un sistema financiero global imparcial dirigido por la comunidad. A medida que la popularidad de DeFi creció en 2021, más proyectos y protocolos se abrieron paso en el mercado, todos compitiendo para llevar los beneficios de DeFi a la mayor cantidad de personas posible. De manera similar, los protocolos como Nereus se han diseñado para abordar problemas de gobernanza justa y experiencia del usuario, los cuales reflejan los problemas existentes de la Web 2.0.
Si bien puede parecer que los protocolos Web3 y DeFi son proyectos separados (y lo son), estos protocolos están sentando las bases para Web3 y su adopción. Todavía estamos lejos de que Web3 se convierta en una realidad, pero los protocolos DeFi están llegando…
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